En el 2014, Montserrat Molina tuvo a bien que los mostos de las viñas más viejas de Santa Lucía en este caso de nombre Cerro de Leyes con una edad de unos 48 años que fermentaran en botas viejas de jerez. Todo se dispuso para recuperar una elaboración a la antigua: Asoleo tras la vendimia, en la propia viña. Fermentación en bota del mosto yema. No se han utilizado levaduras seleccionadas, buen roble envinado, paciencia, control y azar por partes iguales.
El vino descansó sobre lías finas por unos meses, después pasó a guardarse a tocadedos y finalmente en inoxidable hasta el momento del embotellado.
El resultado es contundente, inclasificable, raro; en boca es Seco con una buena acidez, sensación untosa en el paladar revelando sabores a levadura, pan y madera vieja, pasando por la albariza pura, expresivo y con registros poco conocidos estos sabores permanecerán en tus recuerdos por mucho tiempo.
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